lunes, 11 de julio de 2011

Aventura en Valsaín, Segovia, con Miguel De la Quadra Salcedo (03/07/2011)

Cuando uno acepta la aventura, entra en un juego de posibles en el que todo suceso entronca con el anterior con una naturalidad que se diría engranada en la ficción literaria. Aventurarse es saltar consciente hacia el vacío de la maravilla humana, es observar el mundo con la lente de la razón crítica, es preguntarse, dudar, sentir la avidez del conocimiento insaciable. Y no hay mejor aventura que aquella con la que nos topamos de bruces, sin preliminares, ni tácticas preestablecidas, ni nada.

Suena el teléfono. Estoy sólo en mi biblioteca, intentando extraer algo legible del teclado del ordenador.

-¿Sí, quién es? 

-Hola buenas, soy Miguel De la Quadra Salcedo.

Tardé en reaccionar. No era para menos. Lo cierto es que soy reacio a tener ídolos y me considero inmune al fenómeno fan, al que siempre he considerado, lo confieso, vulgar e irracional. Pero todo Aquiles esconde su talón, y yo, como todos, tengo el mío que arrastro desde chico: se llama Miguel De la Quadra Salcedo, explorador, corresponsal de guerra, especialista de cine, ballenero, atleta, domador, buscador de oro, y un largo etcétera que se resume con una palabra: “leyenda”.

Gracias a la invitación de De la Quadra Salcedo pude animar a los quetzales a potenciar su fuego interior, su afán de conquistar lo imposible.

¡¡De nuevo GRACIAS!!

 De izquierda a derecha: Álvaro Iradier (biznieto del explorador Manuel Iradier),
De la Quadra Salcedo, Txema García Calleja y Gutiérrez Garitano.



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